Dejen sitio, por favor.
_Desde luego esto es inaguantable _ se oyó decir desde la parte baja.
_No te quejes tanto, este es nuestro destino.
_Claro, como estas tan cómodo y tan holgadito.
Ella tenía razón, en la parte baja estaban como sardinas en lata y el sin embargo, en la parte alta se encontraba muy cómodo. En esta zona se vive muy bien, todos tenemos una elegancia en el vestir, solo usamos piel en colores discretos: azul, granate, verde botella, el negro que estiliza mucho y los aderezos van en plata, e incluso oro.
_Yo estoy muy feliz, aquí en la parte central todas juntitas, en fila y en riguroso orden, creamos una armonía de color, todas las miradas se fijan en nosotras.
Un coro de voces, se unió.
_Siiii…. estamos felices!!!!
_Yo hace años que perdí la verticalidad.
Su tono de resignación era palpable, la edad hace estragos: el tono amarillento, la flacidez y las arrugas. Tenía motivos para estar triste.
_Un poco de silencio, orden en la sala.
Una voz sorprendió al personal, que enmudeció de repente.
Se abrió la puerta y entro ella, la que ponía orden y concierto, desde luego con ternura y amor, ellos la adoraban. Sabían de su buen trato, ella conocía todos sus secretos, siempre sabía su ubicación exacta , pues en su compañía era la mujer más feliz del mundo
Se acerco a la parte alta, hizo un hueco y allí lo dejo, miro a su alrededor con una cálida sonrisa en su boca, y abandona la sala, cerrando la puerta tras de si.
_¿Y tu, quien eres? _ se oyó una voz que salía justo a su lado.
El nuevo, con voz entre cortada, respondió.
_ISBN: 978-84-01-33656-0, es decir “Un Mundo Sin Fin” el último libro de Ken Follett.
Se oyó una voz desde la segunda fila, de la parte baja de la librería.
Era “La República o El Estado” de Platón, Colección Austral; desde luego serie de bolsillo, que sentencio.
_Siempre lo he dicho, toda biblioteca esta condenada a su espacio.
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