Siempre decía que tenía que volver en
busca de mármol, para realizar sus esculturas, aunque todos sus allegados
sabían, el por qué de sus continuos viajes a la ciudad de Ankara.
Nunca recordaba el nombre de aquella
pequeña calle, solo sabía que estaba en los alrededores de la Mezquita de
Kocatepe; sus pasos lo llevaban certeramente a la puerta del viejo
establecimiento.
Era solo cuestión de unos minutos, el
tiempo justo en que ella una vez más leería su futuro, en los posos de su taza
de café.
Otra tacita encá Mª José
Otra tacita encá Mª José
Dicen que con la crisis un negocio que ha mejorado es el del esoterismo.
ResponderEliminarMe gusta como has enlazado el tema de la semana con ello.
Y me gusta verte por aquí.
Besos, amiga.
Me gustaria ver una lectura de posos de café. ¿Donde se fijan para predecir? en los posos o en los ojos...?
ResponderEliminarBesos Atalanta Bueno tenerte.
Buscando el futuro en una lectura nada convencional, pero si muy importante para los que creen en estos temas... muchos kilómetros para saber ¿sobre?...
ResponderEliminarBienvenida a tu casa
Besos!!
Volviste con tutti, amiga!!!
ResponderEliminarY qué decía?
Sabes? cuando visité a Verónica, después de tomar el café, jugué a leer el poso (acá decimos leer la borra del café) y le auguré cosas buenas (lo mío fue fácil, siempre alguna cosa buena nos espera...)
Original como enlazaste el tema, bien regresada!
Besos jueveros
Si, en la desesperación ante un horizonte muy limitado, se buscan respuestas y soluciones mágicas.
ResponderEliminarBuen relato, hay muchas personas que les gusta saber lo que vendrán, curioso no?
Dependiente de la futurología...candidato a perder su presente...
ResponderEliminar=)
Un abrazo juevero.
Buena lectura.
ResponderEliminarPosos los de otros tiempos, cuando el café se colaba por una manga parecida a un calcetín.
Claro que, el futuro siempre está, hasta la muerte.
Y es que, si unos posos de café que dicen tanto, merecen esas escapadas periódicas :)
ResponderEliminarPreciosa historia, Atalanta.
Besitos.
Los motivos para viajar pueden ser todos, pero ir a ver los posos del café, me parece uno de los más interesantes.
ResponderEliminarUn beso
Salud y República
Cuanto me alegra el volver a nuestros jueves.
ResponderEliminarJuan Carlos, seguro que las mancias arreglan el cotarro jjajaj!!!
San, ese es el don, si lo cuentan... pierde la gracia jajja!!!
Matices, eso eso a nosotras que nos registren jajaja!!!
Cass, pues tal y como esta el patio, que la cosa buena venga pronto jjjaja!!!
Luis, hola me gusta verte por ni Mundo, estas en tu casa.
Neo, pues visto así... CARPE DIEM jajajaj!!!
Mª Jesus, bienvenida se de ti por leerte encá Kabila; yo también tuve un uniforme del cole como el tuyo y el cuello era de plástico duro.
Juji, seguro que no dicen el número premiado en la O.N.C.E. jajajaj!!!
Rafa, a la "Prima" que le saldría en la lectura de sus posos? jajaja!!
Besos adivinatorios
En Ankara existen cafés muy propícios para los escultores con ganas de conocer el futuro en los posos del café turco, y algo más.
ResponderEliminarMe ha encantado la evocación y la seducción del relato, Atalanta motera, te encontraba a faltar en plan juevera. Besito contento.
Con razón la recurrencia! Encontrar el futuro en el fondo del pocillo puede sonar a fantasía pura, pero el que va una y otra vez, además de la fe, calculo, que lo mueven los aciertos!
ResponderEliminarLástima que no recuerda el nombre de la calle, pues ya me ha picado la curiosidad!
Un gusto Atlanta, besos!
Gaby*
Si la borra del café, como dice Casssss, es la excusa para darse un viajecito, pues perfecto, pero siempre mejor que no sea más que eso, una excusa.
ResponderEliminarBesos
Pues seguimos saludando a personal tan distinguido:
ResponderEliminarMarta, bienvenida estas en tu casa, pues eso no lo sabremos nunca, pero enganchado esta el pobre.
Natália, pues aquí estamos renovada y con ganas, me alegra tu visita. Pues de motera a motera ráfagas de besos jjajajaj!!!
Gaby*, hola que bien caras nuevas, siéntete como en tu casa.
Tere, pues digo yo que le iría bien las predicciones jajajaj!!!
Besos adivinatorios
¿Y qué decían los posos de aquel café? ¡Nos dejas con la intriga! Un beso.
ResponderEliminarAtalanta, me encanta leerte de nuevo.
ResponderEliminarPienso que para las personas crédulas, está más que justificada un viaje a Ankara y a cualquier otra parte para dejarse embaucar por adivinos y sus predicciones. En este caso depositadas en los posos de café.
Es como un placebo para el enfermo. No sirve para nada pero aplaca neuras.
Un fuerte abrazo.
También me agradó tu relato, el oráculo del café. Al final necesitamos algo para creer y seguir adelante.
ResponderEliminarUn saludo
el oráculo del café haber si nos sirve para poder guarnos de alguna manera eeee
ResponderEliminarNunca me hice leer la borra de café pero tu relato me da ganas de probarlo.
ResponderEliminarQué misterio encierra el futuro del protagonista, me gustaría poder conocerlo.
Un besito.
La mujer nació "kafetsú", leedora de posos vueltos al revés en un plato. herencia de su abuela porque su madre negó voluntariamente el don...
ResponderEliminarUna mujer turca me leyó el poso del café hará unos cuatro años...
Un beso, gran mujer y amiga.
Qué bueno! No me esperaba ese final, me imaginé otra cosa mientras leía...
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