16 de junio de 2011

¿BUENA O MALA?






Todas/os nos consideramos buenas personas, hacemos bien las cosas, pero reflexionamos poco sobre las cosas que  hacemos, o mejor dicho, sobre como las hacemos, pues no todo vale.

Yo creo, que no podemos situarnos en un lado, intentare explicarme. Partimos  de la existencia de dos principios supremos: uno del bien y otro del mal, aunque sabemos que son  antagónicos, cohabitan dentro de nosotros. Nada ni nadie, es totalmente bueno o totalmente malo.

¿Cómo sabríamos que es la luz, sino conociéramos lo que es la oscuridad?

Pero no es tan sencilla la cosa, pues los conceptos cambian, aquí las culturas tienen mucho que decir; ahora que hablamos tanto de globalización, de los movimientos de población, del mestizaje. ¿Cómo puedo saber si mi cultura, mis valores, mis ideas, mi comportamiento, son los buenos?

Desde mi ateísmo, no puedo aceptar los dogmas de fe, no puedo comprenderlos, mi razonamiento me lo impide, pero me digo: “tengo que ser tolerante”; pero como se puede ser tolerante ante una ablación de clítoris, ante un -no puedes conducir un coche porque eres mujer-, ante una lapidación, ante la caza, captura y muerte de una persona por ser albino/a, ante la prohibición a la educación por ser mujer y algunas religiones hasta prohíben cantar. Esto por citar algunos, pues son  miles más.

Hasta donde tiene que llegar la tolerancia, me pregunto; en el caso de los abusos sexuales con menores, en España están penados, pero en Tailandia no, esa persona que va de vacaciones y abusa, es buena en España y mala en Tailandia, no son niños/as en los dos países. ¿Se tiene esto que tolerar?

Me pueden decir que soy muy extremista, que todos/as estamos en contra de lo enumerado anteriormente.

Entonces vayamos a lo cotidiano, al día a día, cuantos conductores/as no respeta los pasos de peatones, los semáforos en rojos, los aparcamientos para personas con problemas de movilidad (lo de minusválidos, no me gusta), las aceras; cuantos peatones no cruzan por sus zonas reglamentadas, cuantos pisan las zonas ajardinadas, invaden el carril bici; ídem con los ciclistas. Si nos vamos a las carreteras ya para que hablar, las normas de conducción brillan por su ausencia, cuantos conductores/as no usan sus intermitentes, el carril de la izquierda lleno, ahora se adelanta por la derecha, en fin.

Si hablamos de separar las basuras, cuantos bares tiran el vidrio en el contenedor del orgánico, cuantos hogares siguen con una única bolsa de basura, cuantos/as tiran papeles, chicles, colillas al suelo, la caca del perrito sin recoger o tiran del pobre animal, hasta el árbol mas cercano, fastidiándole la necesidad, por no decir la cagada.

Me estoy enrollando demasiado, pero el tema da para mucho más. Lo que esta claro es que vivir una vida reflexionada da mucho trabajo, ser bueno/a da mucho trabajo, pues  implica pensar en los demás, por lo tanto es cómodo ser malo/a; esta instaurada la sociedad de la comodidad, interesa que impere la comodidad individual.

Tengo una frase muy buena como colofón, es de Fernando Savater:

¡Qué incómodo resulta el hombre dispuesto a perder su comodidad!