21 de enero de 2017

Compañera Concha





 Sevilla a 21 de Enero del 2015.

Hoy no seré yo quien opine, le cederé la palabra a una mujer excepcional. El mundo de la política, su alumnado del instituto, y todos los que tuvieron la suerte de tratarla, saben de su grandeza como persona, su humanidad, su fortaleza y cercanía. No te olvidamos compañera Concha.








Este modesto vehículo, al que apenas prestábamos atención, juega ahora un papel determinante en cientos de vidas.

 

Me llama una alumna de mi instituto. Acaba de terminar el bachillerato con matrícula de honor y ha obtenido unas notas de selectividad que le permiten escoger la carrera que deseaba. Me dice que se ha matriculado en la UNED, la Universidad a Distancia, y le pregunto extrañada por qué.
—Me hubiera gustado conocer el ambiente universitario pero no va a poder ser.
Me explica que su padre y su madre están en paro. Han estado haciendo cálculos y no pueden pagar los ciento y pico euros mensuales que suponen el desplazamiento diario desde Coria del Río a la Universidad Pablo Olavide. Le contesto que no se preocupe, que estoy segura de que le concederán la beca que ha solicitado, que si no se la conceden a ella con su magnífico expediente y su situación familiar, no habrá becas para nadie.
Me llama una alumna de mi instituto. Acaba de terminar el bachillerato con matrícula de honor y ha obtenido unas notas de selectividad que le permiten escoger la carrera que deseaba. Me dice que se ha matriculado en la UNED, la Universidad a Distancia, y le pregunto extrañada por qué.
—Me hubiera gustado conocer el ambiente universitario pero no va a poder ser.
—Ya lo sé —me contesta— pero el problema es que las becas no empiezan a pagarlas hasta febrero o marzo y no podemos adelantar ese dinero.
Le digo que hay algunos fondos para esas situaciones. Me dice que ya ha preguntado y que están saturados. Me ve tan afectada que es ella la que se dedica a animarme.
—No te preocupes. Es solo una racha de mala suerte. El año que viene será distinto. Ya verás.
A los dos días me encuentro en la puerta del instituto a una pareja de jóvenes estudiantes que terminaron también el curso pasado con estupendas calificaciones y una inesperada historia de amor. Los hacía en la Universidad pero me dicen que han venido a matricularse en el único ciclo superior de formación profesional que existe en la localidad, el de Informática. Algo totalmente ajeno a sus aspiraciones y a la orientación de sus estudios. Me cuentan exactamente la misma historia. Los pocos kilómetros que separan este pueblo de la ciudad de Sevilla se han convertido en un foso insuperable. El pago de las becas se produce con retraso y eso les obliga a adelantar un dinero que no poseen. Siento una profunda rabia.
—No pasa nada. De verdad —me dice él con más convencimiento que ella—. No vamos a perder el año. Vamos a buscar algún trabajillo y ahorrar para poder empezar la carrera el próximo curso.
Frente a los cristales de secretaría está la madre de uno de los alumnos del centro. Tanto ella como su marido están parados desde hace más de tres años. Les pregunto si ha mejorado la situación.
—Bueno… vamos tirando. Tenemos la suerte de tener la casa pagada y mi padre se hace cargo de los gastos extras, que si unos zapatos, una equipación… nos arreglamos con muy poco.
—¡Ojalá las cosas mejoren! —le digo sin mucha convicción—.
—¡De verdad! Todos los días cuando me levanto me acuerdo de los que no tiene nada, asegura.
Me hace sonreír el optimismo histórico que nos permite sobrevivir y esa compasión que quita peso a las penas propias.
En la sala de profesores discutimos las actividades extraescolares para este curso. Mejor dicho podamos, recortamos, escatimamos las que se solían hacer en años pasados. Recordamos con humor cuándo proponían ir a Cancún o a la Riviera Maya. Ahora ir a Granada ya es un lujo y las actividades son muy modestas: visitar algún museo de Sevilla, asistir a una función de teatro o participar en la feria del libro.
—Aún así habrá alumnos que no podrán pagar el billete del autobús —nos advierte alguna compañera—.
Antes Sevilla estaba muy cerca, ahora muy lejos. El modesto autobús al que apenas prestábamos atención juega ahora un papel determinante en cientos de vidas. Nunca pensé que subir a un autobús o a un vagón del metro llegase a ser un problema. Era el dinero menudo que volaba de nuestros bolsillos sin saber cómo. El mismo que hoy se cuenta, se mide, se planifica.
Camino de casa observo a los viajeros que esperan en la marquesina con cara de indiferencia. Desde luego no son privilegiados. Como siempre, el conductor ha ocupado buena parte de la calzada e interrumpe el tráfico hasta que embarcan todos los viajeros. El vehículo va casi vacío. No sabe que se ha convertido en un nuevo símbolo de la escasez. El puto autobús.
@conchacaballero








Hoy se cumplen dos años de tu pronta partida, seguro que estás trabajando por un mundo mejor, estés donde estés.
Que la tierra te sea leve.





SALUD Y REPUBLICA

6 de enero de 2017

VA POR USTEDES








Hoy en día el concepto de amigo/a, es muy amplio y abarca muchas formas. Cosa buena, pues los estereotipos o modelos a seguir no van mucho con mis ideas en general. 

No podría empezar de mejor manera el blog este año, que hablando de ellos/as.

Tere, alias “La Chica”. Me mude donde me mude, ella siempre será mi vecina de enfrente.

Ana y Manuel.  A ellos los conocí por separados, eso sí siempre en jueves; cuando me entere que eran pareja, grite ¡¡Aleluya!! bueno + bueno= doblemente de bueno.

Yolanda. Sirena unos muchos meses al año, escoltada siempre por sus perretes.  Mujer fuerte y de pelo rojo. Loca  de amor desde hace unos días, por un pequeño ser. MI AMIGA.

Helen & Ray. Ella escocesa y el ingles. Todo el mundo hace exclamaciones, al ver su larga casa sobre muchas ruedas. Siempre vigilada por la cariñosa Lexy. Coincidimos en el disfrute de los muchos dones de Isla Cristina. Una pareja adorable.

Carmen Serrano. Fue un visto y no visto, pero se quedo. De eso hace ya unos añitos. Buena mujer.

Carmen Schweighart. Hace unos 44- 45 años, conocí por fortuna a parte de su familia. Hace unos días la descubrí a ella; camarada siempre en la lucha.

Luis Murillo. Siempre que nos vemos es al aire libre, hablamos pisando un césped verde y nos reímos entre trinos de pájaros.

Gun-Britt och Walter. La culpa de nuestra amistas, la tiene Molly. Vecinos de fin de semana, compartiendo lo bueno de la costa onubense. Buenas personas.

Teresa. El INEM nos unio en un empleo que nos hubiera gustado, toda la vida; pero esta claro que esa no era nuestra "CRUZ". Pero tu eres mi Compi de por vida. Wuapetona.

Alicia Gutiérrez. Amiga de la juventud, cuando nos poníamos el mundo por sombrero y abogábamos por las revoluciones. Separadas por los vaivenes de la vida y reencontradas, por el milagro de Facebook. Excelente periodista.

Verónica. Mi compi de jueves. Mujer bendecida por los dioses, con los dones de la fuerza, la valentía, el saber, la honradez  y la amistad. Solo sucumbe ante una taza de humeante café.

Gustavo Callejas. Siempre en jueves era presa de sus íntimas palabras. Insigne Maragato Apostata,  poseedor siempre de medio beso.

Laureano. Miembro de la pandilla, compañero en la lucha de las libertades; con su tono verde sobre corazón rojo. De profesión, repartidor de noticias. Nos reencontramos en la red un día. Camaradas para siempre.

Encarna. Vecina de findes, frente al mar Atlántico.
Begoña. Un mal momento me la descubrió. Me facilito el descubrir nuevas tierras y sentir el calor del Norte. Mujer de nobles convicciones. Práctica e inteligente. MI AMIGA.

Stefan Webbeler. Nos encontramos hace ahora 30 años, en las dunas de Doñana. Me descubrió Europa en los 80, bajo los efectores del amor.

Dorothea Webbeler. Ante todo amiga, sobre todo amiga y por siempre amiga.

Diego y Tere. Siempre hablamos bajo los pinos, con olor a mar. Nos une el amor hacia los perretes.


Enrique. Parque, tarde-noche, perretes, charlas. Hombre viajero y amante de la cultura Egipcia.

Carmen López. Solo nos vimos una tarde de Semana Santa. La Red nos mantiene en contacto. Buena persona, con una gran sensibilidad.

Juan Carlos. Palabras mayores para hablar de este ser humano. Progenitor de buenas personas. Nos descubrimos en jueves y siempre con las gafas de lectura limpias.

Jero. Un hombre sobre dos ruedas y mucho gas. Hacedor de buenas rutas, y con algún problemilla con el GPS.

Pilar. Siempre copilota, nunca fardo o paquete. Responsable de la alegría de Jero.

Rafa. Nobleza e inocencia  en un cuerpo grande. Gran catador de las Celebraciones Populares. Amante de los perretes. Nuestro lugar de encuentro “El Parque”.

Javi. Si hubiera tenido un hijo, me quedaba con él. 

Estas son parte de las personas que conforman mi día a día, con ellas comparto mi tiempo, bien en directo o en el ciberespacio.

Sin ellas mi vida, e incluso yo misma no sería, la que soy.
Por lo tanto solo me queda decir GRACIAS por estar.