Debieron de quedar muy impresionados los musulmanes, que por aquel entonces, llegaron a esta zona de Al-andaluz; pues osaron llamarla Meca, nombre de su ciudad sagrada. Para su deleite, gozaron de la buena calidad de su agua dulce y de su abundancia, llegando esta, hasta el mismo pie de playa, mediante surgencias de agua dulce en las paredes de sus acantilados, formando auténticos caños, algunos de gran tamaño. De ahí su nombre Los caños de Meca.
Hoy es el Parque Natural de la Breña y Marismas de Bárbate, la riqueza de esta zona es variada, dando a la vista un autentico placer el contemplarla.
Cabo de Trafalgar, es Patrimonio Geológico Andaluz, siendo Monumento Natural el Tómbolo de Trafalgar, el cual comenzó a formarse hace unos 6.500 años.
El acantilado de la Breña, alcanza unos 100 metros de altura, con sus pinos piñoneros,
y la Torre del Tajo, torre de vigilancia del siglo XVI., sobre suelo de rocas calcarenitas.
Las olas al chocar contra la pared del acantilado, forma el efecto “espray salino”, esta curiosa mezcla de sal y surgencias de agua dulce provoca la aparición de una vegetación diversa, desde especies halófitas hasta musgos, higueras y zarzas.
El clima es benigno en la zona, los mas 300 días de sol al año están garantizados, según dicen surferos, kitesurfistas y windsyrfistas, Caños de Meca es el paraíso, un arrecife deja romper las olas de forma perfecta y el viento del levante pierde algo de fuerza en su camino desde Taifa.
En las inmensas playas de Zahora y El Palmar, con su fina arena dorada, azules aguas, blancas olas y rojos atardeceres, invitan al paseo.
Siendo una zona turista, no sufre de las aglomeraciones de otras playas.
El buen comer y beber, están garantizados.
Pero lo mejor es comprobarlo, visitando esta “Sucursal de la Gloria”, en la tierra.