4 de febrero de 2017

El Vecino.




¿Quién no tiene un vecino? Todo el mundo tiene un vecino, me atrevo a ratificar. Eso sí, el vecino puede ser bombero, carnicero, protésico dental, diputado, jardinero o vete tú a saber.

Yo también tengo un vecino, pero mi vecino es muy especial. Es “ATEO”, como lo lees, sí es ateo; y como tal lo lleva  en mucha honra.




Y nada, sales del súper y te lo encuentras, con su pancarta, con lo que haya que contar ese día, pues el cambia casi a diario sus reflexiones, que a bien comparte con el vecindario.




En la puerta del centro de salud, te lo puedes cruzar sobre el medio día. Yo siempre lo abordo y le comento la frase del momento y por supuesto se deja fotografiar muy amablemente. Es de carácter alegre, dialogante y feliz, claro el está libre de pecado y eso da mucha tranquilidad.




El es muy partidario del  escritor, filósofo y matemático Bertrand Russell (1872-1970). Nacido un 18 de mayo, en Trelleck, Gales, Reino Unido.





Bertrand, el caballero de la lógica, fue premio Nobel de literatura 1950, fue varias veces a prisión por defender sus ideales, viajero incansable y defensor de los derechos de la mujer. Murió de gripe un dos de febrero.





Mi vecino “El Ateo”, reparte  un papelito donde podemos leer, la famosa analogía de  “La Tetera Voladora”, que dice así:

“Si yo sugiriera que entre la Tierra y Marte hay una tetera de porcelana que gira alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie podría refutar mi aseveración siempre que tuviera cuidado en añadir que la tetera es demasiado pequeña como para ser detectada incluso por los telescopios más potentes. Pero si yo dijera que, puesto que mi aseveración no puede ser refutada, dudar de ella es de un atrevimiento intolerable por parte de la razón humana, se pensaría con toda razón que estoy diciendo tonterías. Pero si la existencia de tal tetera se viene afirmando en libros antiguos, se enseña como verdad sagrada cada domingo, y se inculcó en la mente de los niños, dudar de su existencia se convertiría en una forma de excentricidad y quien lo hiciera merecería ir directo al psiquiatra en este tiempo de ilustración o al inquisidor en tiempos anteriores".  



Estas son las cosas que hacen muy especial a mi vecino.
Todas las personas deberíamos tener un vecino ateo. ¿O no?
Espero encontrármelo pronto.




5 comentarios:

  1. Estas navidades me lo encontré en la puerta del supermercado con un cartel que ponia:
    Feliz solsticio de invierno!

    "Se inteligente se ateo"

    Al pasar junto a el me dijo:
    Felicidades!

    Curioso y provocador personaje...

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    1. Si es parte del barrio. Gracias por la visita contrario mio.

      Besos voladores.

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    2. Er Domingo Llorca..tiene algo en lo que creer

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    3. Er Domingo Llorca..tiene algo en lo que creer

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  2. Hola, muy interesante tu reflexión. ¡Besos!

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